¿QUÉ ES UNA VIDA NORMAL?
Podemos definir la diabetes de muchas maneras, sobre todo cuando la padeces y no eres capaz de llevarte bien con ella, como es mi caso. Pero, de manera objetiva y no basándome en mis sentimientos de odio hacia ella, una de las palabras que mejor le va es que es muy sigilosa.
Una persona con diabetes, a simple vista, no parece una persona enferma.
La idea de una enfermedad, en la mentalidad colectiva, implica síntomas externos que de alguna manera, hacen evidente a los ojos de todo el mundo (propios y ajenos) que ese cuerpo no está sano.
Pero en diabetes, no. Somos personas de aspecto saludable aunque nuestro cuerpo no esté de acuerdo con esto.
¿Es la diabetes una enfermedad limitante? Por supuesto que lo es y si quieres comprobarlo, te presto una hipoglucemia y ya me contarás si no lo es. Pero para mí la limitación es más mental que física.
De las primeras frases que te dicen cuando debutas es la mítica: Podrás hacer vida normal….
Vale, te lo compro. Pero, ¿Qué es una vida normal?
Creo que estamos tan impactados tras el diagnóstico, que nos agarramos a esa frase en nuestra cabeza como defensa de lo que vamos intuyendo que nos va a venir encima y se nos olvida preguntar ¿qué es eso de una vida normal?
Si lo pienso detenidamente, me surge una gran duda ¿Qué hay más subjetivo que el concepto de normalidad? Y cómo podemos aplicarlo junto con la palabra vida.
Lamento comunicaros que esa vida normal que nos dicen que vamos a tener, no es la estándar que entiende el común de los mortales.
A nuestra “vida normal” le vamos a sumar muchas cosas nuevas que no hace que deje de ser ni vida ni normal, pero sí que supone una serie de añadidos diarios que asumimos como rutinarios y que al final se incluyen dentro de nuestra normalidad.
Ya dije que compro lo de que mi vida con diabetes es una vida normal, pero quizá deberían puntualizar que la normalidad diabética no se va a regir por el patrón estándar de un cuerpo capaz de producir insulina como era el nuestro antes del debut…
Y creo que de ahí vienen muchas frustraciones posteriores que hacen que te sientas estafado porque ves que tu vida no es normal, tal y como te prometieron.
Si has llegado hasta aquí, seguro que estás pensando que la pérdida de estandarización (no voy a hablar de normalidad porque me reitero en que mi vida es normal) viene dada por los pinchazos, controles, cálculos de hidratos, revisiones continuas… En resumen, lo que hacemos para suplir día a día la incapacidad de generar insulina por nosotros mismos. Pues no, para mí no es eso. Todas esas cosas ya me resultan rutinarias, son parte mi día a día y como tal lo asumo.
Para mí, como ya os he avanzado, el cambio está a nivel mental, que es donde mi diabetes me limita.
¿Y SI…?
Vivir con diabetes me supone tener una pregunta siempre en la cabeza ¿Y si…?
Cada acción va precedida por la duda de lo que podrá pasar.
**Voy a salir de casa, llevo todo en el bolso, pero mi mente se pone en marcha: ¿Y si tengo una hipoglucemia? Miro nuevamente el bolso y veo que llevo un kit de supervivencia que me ocupa medio neceser, pero por si acaso, echo otro azucarillo (con este ya llevo 14)
** Plan para el fin de semana, nos vamos a pasar el día a algún sitio cercano, visitar la ciudad, comer por ahí, dar paseo… Perfecto, 4 kits diabéticos, comida para remontar todas las hipoglucemias de 5 vidas y ganas de pasarlo bien. Entonces mi mente entra en juego ¿Y si nieva? Estamos en enero y hace mucho frío. Me pongo a mirar el tiempo y veo que a 200 kms hay una posibilidad del 5 % de nieve. Mi mente ¿Y si se equivocan? ¿Y si nos quedamos atrapados en la carretera? ¿Y si me da una hipo o una híper? ¿Y si no me queda nada de comer? ¿Y sí..? ¿Y si…? Cojo el teléfono y aviso de que yo no voy (aquí pongo cualquier excusa porque explicar todos los ¿Y sí..? me da mucha pereza
De niños pasamos por la fase del ¿por qué? Y en diabetes pasamos la ¿y si?
Y es muy limitante, porque esa duda no se va de ahí. La incertidumbre de cómo va reaccionar tu cuerpo ante cada acto de la vida, hace que siempre exista un miedo irracional difícil de controlar que te puede llevar a no querer correr riesgos.
Pero ¿y si no son riesgos lo que estamos evitando? ¿Y si estamos evitando llevar una vida normal?
Es duro vivir con incertidumbre y por lo menos en mi caso a cada paso está ahí y muchas veces me puede y esa prometida vida normal se aleja de mí, o más bien, la echo yo a un lado por una seguridad mental que me bloquea a cada paso.
Por eso, como ya compré la idea de que puedo llevar una vida normal, a cada ¿Y si? Le respondo con otra pregunta que se está haciendo vital en mi día a día ¿Me compensa?
No es fácil dominar la fiera que vive en nuestra mente, pero hay que tratar de domarla y por cada duda que ella me plantea yo le devuelvo otra, porque mientras mi cabeza se entretiene buscando un argumento en contra, me da un respiro para seguir con mi vida normal.
Como siempre estáis invitados a dejar vuestros comentarios abajo tanto para alabarme el gusto como para ponerme a parir. Todos sois bien recibidos, salvo el spam.
Nos leemos entre pinchazos. Besos dulces.
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