No dejamos de movernos

Seguimos traduciendo la diabetes a palabras más sencillas y por supuesto retomamos el tema de deporte y diabetes que dejamos en la entrada anterior.

Os la dejo aquí por si la queréis leer de nuevo.

En resumen aprendimos que cuando hacemos ejercicio el cuerpo consume glucosa porque de ahí saca la energía y para que pueda ser utilizada esa energía necesita la insulina.

Esto lo hace por orden:

  • Glucógeno muscular
  • Glucosa en sangre
  • Glucógeno hepático (este en caso de emergencia)

¿Siempre va a consumir el ejercicio todas las reservas? Pues dependerá de la intensidad del ejercicio, tipo y de la duración  El cuerpo consume en base a lo que necesita, es así de sabio.

Ya sabemos que para que todo esto vaya bien hay que adaptar nuestras pautas:

  • Reducción de insulina (nunca eliminación)
  • Aumento de ingesta de hidratos

Como siempre todo dependerá de dónde partimos y a dónde queremos llegar.

Pero ¿y después del ejercicio? ¿Qué pasa?

Pues que hemos activado el cuerpo, tenemos a las células «on fire» por eso aunque hayamos acabado el ejercicio, siguen siendo capaces de captar algo de glucosa de la sangre sin ayuda de la insulina.

Y no sólo eso, el cuerpo ha consumido reservas, por lo que tendrá que reponer el glucógeno gastado y lo hará durante las horas siguientes al ejercicio.

Esto supone que tenemos las células totalmente motivadas y el cuerpo en modo reponedor, por lo que cuando consumamos hidratos, éstos no se van a quedar en la sangre y ya sabemos lo que viene entonces, efectivamente, hipoglucemias.

Pues aquí, más de lo mismo, hay que reducir insulina y aumentar ingesta de hidratos para poder evitar estas hipoglucemias. 

Al final, es cuestión de seguir adaptándonos a lo que nuestro cuerpo necesita y tras el ejercicio, estas necesidades no son las mismas.

¿A qué parece fácil? Pues no lo es, pero tampoco es imposible, no lo olvidéis.

¿hiperglucemia después de hacer ejercicio?

Pues tampoco es tan inusual, aunque no es lo normal, no pienses que no puede pasar, aunque por lo explicado parece que sí, ¿verdad?

Ya hemos comentado que es importante tener en cuenta el tipo de ejercicio, la intensidad y la duración.

Es habitual que cuando se hace ejercicio de muy alta intensidad en poco tiempo o cuando se hace ejercicio de fuerza, el cuerpo se ve sometido a un estrés que hace que entren en juego nuestras queridas hormonas.

Porque sí, mis queridos amigos, de las hormonas no nos podemos olvidar nunca, no son algo exclusivo de la adolescencia.

En este caso las que entran en juego son las que se llaman contrarreguladoras, sobre todo estas:

  • Catecolaminas
  • Cortisol
  • Glucagón

Las dos primeras no tengo ni idea de lo que son, pero el glucagón tengo claro que se usa en hipoglucemias graves, por lo que por cojones, eso tiene que subir los niveles de glucosa sí o sí.

Estas hormonas cuando se activan hacen que el hígado suelte glucosa (es una de nuestras reservas) y que produzca más.

De hecho este es una defensa del cuerpo ante el estrés y así es como actúa cuando estamos nerviosos. ¿No os ha subido nunca el azúcar después de una buena bronca? Pues ya sabes que esas han sido las hormonas contrarreguladoras (vaya palabreja por cierto).

Este efecto es por el que creo que se ha creado el rumor de que las actividades de fuerza no son buenas para la gente con diabetes. Es más, a mí el endocrino me recomendó actividad aeróbica y evitar las pesas.

Y durante mucho tiempo así lo creí firmemente y cuando me apunté al gimnasio y el monitor me dijo que no era así, es más, que era recomendable porque al aumentar la masa muscular las necesidades de insulina se reducirían, no daba crédito.

Pero yo soy muy de probar y eso hice y después de muchas hipos y muchas hiper, llegué a la conclusión de que la clave para mí está en la mezcla de ejercicio aeróbico y de fuerza y sobre todo en la adaptación de las pautas y en hacerme muchos más controles.

Entonces ¿el ejercicio mejora los niveles de azúcar? No creo que se pueda afirmar eso así tal cual, pero sí creo que disminuye necesidades de insulina, que nos mantiene activos, que es saludable lo mires como lo mires y que sabiendo adaptar nuestras pautas al ejercicio que queremos hacer, la diabetes y el deporte no es solo que no sean incompatibles, es que van de la mano y por eso es parte del tratamiento.

Antes de terminar os quiero recomendar un libro de Serafín Murillo que podéis encontrar en la web de fundación diabetes y que os dejo el link aquí para que lo podáis ver y descargar. Y si tenéis oportunidad de conocer el trabajo que desarrolla Serafín en cuanto a diabetes y deporte, no perdáis oportunidad. No he tenido oportunidad de verlo en persona, pero sí en internet  y para mí es uno de los mejores en este campo.

Si conocéis a alguien más que hable de diabetes y deporte o algún libro que merezca la pena, dejádmelo en comentarios porque es un tema que me encanta y del que quiero seguir aprendiendo cada día.


Nos leemos entre pinchazos. Besos dulces


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