La luna de miel

Cuando oímos luna de miel todos nos imaginamos un viaje a un lugar paradisiaco acompañado de una persona que te hace la vida más feliz.

¿Todos? Bueno, quizá todos, todos, no. Yo cuando oigo luna de miel pienso en lo que llaman periodo de remisión en la diabetes tipo 1.

Espera, espera, ¿Periodo de remisión? ¿Pero no habías dicho que la diabetes no tiene cura?

Muy bien, veo que estás atento a lo que voy escribiendo por aquí. Efectivamente,la diabetes es una enfermedad crónica y como tal no tiene cura (al menos a día de hoy).

Por eso hoy os voy a explicar esto de la luna de miel. Nos vamos de viaje  con destino a las explicaciones sencilas.

Cuando se detecta la diabetes, en algunos casos, tras empezar con el tratamiento de insulina, parece que el páncreas «vuelva a funcionar» y hay una tendencia a tener los niveles de azúcar muy bien controlados sin apenas necesitar insulina. Incluso hay casos en que no se necesita en absoluto.

Esto parece ser que es porque alguna célula beta aún es capaz de producir algo de insulina y, tras empezar a administrar insulina y, controlar el descontrol que se produce entre que se deja de producir insulina correctamente y el diagnóstico, ese resquicio de producción es como un oasis en el desierto.

No es lo mismo que el cuerpo produzca una cantidad ínfima de insulina, con la que no se pueden controlar los niveles de glucosa, que producir esa misma cantidad cuando hay ayuda externa, el efecto parece mucho mayor. Aunque sigue siendo insuficiente.

En resumen, en diabetes la luna de miel es el periodo en el que una vez diagnosticada la diabetes, el cuerpo aún parece ser capaz de generar algo de insulina.

El primer punto a dejar claro de la luna de miel, es que no es algo que a todo el mundo le pase.

Ya sabemos, cada persona, una diabetes.

Y no solo es que no todo el mundo pase por esa fase, es que tampoco se sabe cuánto dura. Hay personas que hasta años le puede durar.

La aleatoriedad de la diabetes y de todo lo que la acompaña.

La luna de miel es una moneda con dos caras y hay que tener cuidado a la hora de lanzarla.

LA CARA DE LA MONEDA            

Puede ser que la luna de miel sea tomada como un periodo de adaptación.

La diabetes está ahí, no se ha ido y no se va a ir, pero te está dando la oportunidad de acostumbrarte a todo lo que va a ser tu nueva vida desde el momento en que se hizo tu compañera inseparable.

Tienes un periodo de tiempo, indeterminado (no perder esto de vista), en el que puedes aprender mucho y sacar partido de ese reducto de irreductibles células beta que aún aguantan generando algo de insulina.

Se va a acabar, pero mientras aprendes a vivir tu vida con el páncreas en el bolso, pues el cuerpo te echa una mano en lo que puede.

Siempre es más fácil empezar algo nuevo con ayuda y la luna de miel puede verse así.

Claro que se va a acabar y en ese momento te volverás loco porque ahora ya está todo en tu mano, sin esa pequeña ayuda, pero al menos tienes un plazo para ver lo que va a ser.

Con afán de aprendizaje y sabiendo que va a acabar en algún momento, este  momento puede suponer un tesoro para los que lo vivan

Pero toda moneda tiene dos caras…

Y LA CRUZ

Dale la vuelta a la situación y piensa en que te dicen que ahora tienes diabetes y es para siempre. Te dicen que ya no produces insulina. Estás en shock. Te empiezas a pinchar y convivir con la nueva compañera.

Pero de repente te hablan de la luna de miel o periodo de remisión y que algo de insulina produces.

Pues se monta el lio padre en la cabeza de cualquiera. La información es contradictoria a todas luces.

Ayer no producía insulina y hoy me dicen que un poco sí. ¿Cómo que esto no tiene cura? Si me acaban de decir que algo sí que produzco.

Normal que se produzca una sensación de irrealidad y de que te lo han puesto más crudo de lo que es. Estás curado. Si ayer no producía insulina, hoy produzco un poco, mañana produciré más.

Pues no. Esto al final se acabará y con una fecha inexacta por eso el tratamiento hay que llevarlo desde el primer día.

He leído bastante sobre la luna de miel en diabetes y estoy totalmente de acuerdo en que desde el primer momento, incluso mientras se está en ella, hay que inyectar insulina desde fuera.

La mente se agarra a un clavo ardiendo y si te dicen que no es necesario ponerte insulina durante un tiempo indeterminado de tiempo, el impacto de volver al tratamiento sería incluso más brutal.

Sería prácticamente debutar dos veces. Si uno ya es malo y difícil de llevar, sinceramente no quiero pensar en un segundo.

Por eso me gusta explicar la luna de miel como una tregua antes de la vorágine que se avecina y que bien aprovechada,  nos puede ayudar mucho el día en el cuerpo diga, ya al 100 %,  hasta aquí he llegado produciendo insulina.


Hoy me gustaría que me dejarais en los comentarios vuestra experiencia de luna de miel. Yo no recuerdo tan siquiera si pasé por ella, 27 años son muchos.

Nos leemos entre pinchazos. Besos dulces.


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