Nuevamente inundamos Logroño

En Logroño, mi ciudad natal, podemos presumir de algo muy grande: solidaridad.

Cada año se celebra la «Carrera de la mujer por la investigación» bajo el lema “Hoy ganamos todas” organizada por la asociación española contra el cáncer.

cartel cuarta carrera de la mujer logroño

Se trata de una carrera donde lo menos importante es correr. Es una carrera para vivirla.

Aquí la conocemos como la marea rosa porque Logroño se convierte por un mañana en un mar lleno de mujeres que lucimos con orgullo nuestra camiseta rosa y nuestro dorsal y que inundamos las calles de la ciudad.

Sólo con pensar en ello me emociono.

Por motivos de  seguridad, el número de participantes que se pueden inscribir es limitado y hay que darse vida para apuntarse que si te duermes te quedas sin inscripción.

Este año en la cuarta edición había 10.000 dorsales, 3.000 más que el año anterior y como cada año, no han tardado en cerrarse las inscripciones porque ya habíamos llegado al total.

El domingo por la mañana te levantas y tienes tu camiseta preparada. Te la pones y colocas el dorsal. Sales a la calle y de repente te cruzas con otra mujer con la misma camiseta. Sonrisas. (En mi caso, recojo a mi madre con la que siempre participo en la carrera). Sigues tu camino y poco a poco vas viendo más gotitas rosas y cada vez más gotitas hasta que llegas al punto de inicio a la hora señalada y estalla la marea.

¿Os imagináis 10.000 mujeres esperando a que den la salida todas con la misma camiseta y todas con la misma cara de felicidad, bailando y dando palmas? Es impresionante.

Aunque sea la 4ªedición, es un evento que se ha hecho 6 años seguidos (lo de volver a empezar no tengo muy claro por qué fue) y yo he podido participar en 4 (lo admito, yo también me he dormido en los laureles y me he quedado sin plaza).

¿Qué hace que esta carrera sea tan popular? En mi opinión el objetivo de la misma marca una gran participación pero pienso que más importante aún es el cómo se vive.

Se llama carrera, pero no lo es como tal ni de lejos. Son 5 kilómetros rosas en los que la mayoría vamos andando, con más o menos ritmo, pero correr, lo que se dice correr, poco.

De esta manera la carrera está abierta a todo el mundo con independencia de su condición física, desde niñas de 3 años como mi sobrina a mujeres adultas que peinan canas orgullosas de estar ahí.

Es maravilloso ver a diferentes generaciones unidas en un evento solidario.

En cada punto kilométrico hay una batukada animando a las corredoras. Por supuesto eso supone cambiar el ritmo y de un andar suave pasas a un bailoteo pachanguero durante unos metros.

Hay una parte del recorrido que a mí me deja sin palabras todos los años.

Para los que no conocéis Logroño, os tengo que contar que mi cuidad es llana. Y cuando digo llana es que tiras una canica y no rueda hacia ningún lado porque no hay inclinación alguna. Salvo en dos calles, una por la que pasas mil veces cuando te estás sacando el carnet para que se te cale el coche y luego está la calle el Norte. Viviendo en una ciudad llana, subir esa calle es como subir el Everest.

La calle va paralela al Ebro y los puentes que lo cruzan pasan por encima de ella. Esto supone que primero bajas un poco pasar por debajo del puente de piedra y luego toca subir hasta pasar por debajo del de hierro (lo sé, no nos hemos comido la cabeza con los nombres de los puentes)

Cuando empieza la subida, delante de ti ves miles de camisetas rosas y eso ya impresiona pero más impresiona si a medida que vas subiendo te giras y ves otras miles de camisetas detrás de ti. Ahí es cuando sientes en su pleno apogeo lo que esvivir la marea rosa.

Luego pasas por debajo del puente y ahí siempre hay gente animando y aplaudiendo.

Pura magia. Esa es la definición para mí de ese momento.

Y os hablo de 10.000 dorsales que participan inscritos, pero no es difícil ver camisetas rosas de otras ediciones, porque no llegar a tiempo no echa para atrás a la gente para querer formar parte de la magia.

Por supuesto se puede colaborar con un dorsal cero en caso de que no puedas ir o no llegues a tiempo para la inscripción oficial.

Ya os conté el año pasado en otra entra similar a esta, que yo tuve un pequeño susto debido a un bulto en el pecho que finalmente resultó ser consecuencia de la diabetes y que mientras esperaba los resultados de las pruebas mi cabeza dio muchas vueltas. No me voy a repetir, os dejo el enlace aquí por si os apetece leer un poco más.

Me considero afortunada en este sentido, pero tristemente no todo el mundo tiene la misma suerte.

Estoy segura de que todos miramos al cielo recordando a alguien que el cáncer se ha llevado de nuestro lado.

Por eso estos eventos me parecen imprescindibles.

No voy a entrar a valorar si se invierte suficiente o no en investigación porque definir suficiente sería algo imposible y siempre me quedaría corta. Nada es suficiente cuando se trata de salvar vidas.

Y como en la investigación está la base de cualquier posible cura para cualquier enfermedad, estos eventos nos dan la oportunidad de aportar apoyo para seguir investigando.

Cada gota de la marea rosa supone una gota de investigación. Quizá sea un minuto, pero ese minuto es un paso hacia adelante y cada paso adelante en investigación es un paso lleno de vida.

Por eso me siento orgullosa de mi ciudad y de cada paso que se dio el domingo para que poco a poco haya que mirar menos al cielo y podamos mirar a nuestro lado a las personas que queremos con todo nuestro corazón y que no se han tenido que ir porque alguien en algún lugar del mundo ha ayudado a que la investigación médica sea una realidad.

Por supuesto, quiero dar las gracias a todos los voluntarios que estuvieron allí con nosotras porque ellos también forma parte de todo esto y hacen que sea una realidad cada año.

Os dejo algunas fotos del domingo para que os hagáis a la idea de lo que os hablo. Aunque también os digo que lo mejor, es vivirlo.


Como siempre estáis invitados a dejar vuestros comentarios abajo tanto para alabarme el gusto como para ponerme a parir. Todos sois bien recibidos, salvo el spam.

Nos leemos entre pinchazos. Besos dulces

**PD: gracias mis niñas por las fotos


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