Esta semana por Instagram ha surgido en nuestro mundo de diabetes la iniciativa de #cuandotodoempezo gracias a @missacarina.

Se están compartiendo momentos muy personales por todos los que estamos participando y yo he tenido la suerte de que @patricia_fernandez_santos me ha invitado a participar y en el post de hoy he puesto lo que para mí es una imagen muy clara en mi mente de mi debut. Ya os hablé un poco de este tema en https://galletasconveneno.com/debut-estrella-la-diabetes/ y gracias a este “reto” me he copiado una idea y le he escrito una carta a mi diabetes que aquí os dejo para vuestro deleite y disfrute.

 

Carta a mi diabetes 1

 

Querida diabetes (lo de querida es una formalidad fruto de las enseñanzas recibidas a lo largo de mi vida y que como resultado han dado una persona bien educada y bien aprendida, no es algo literal, no te emociones)

Nos conocimos el 10/06/1992 en una tarde con bastante calor. No fue una presentación agradable en verdad. Viniste precedida de tener que hacer pis en un bote (no es fácil atinar) y un pinchazo en el dedo.

No recuerdo cuánto diste cabrona, pero sí que eran más de 300.

Viniste llena de palabras nuevas, pinchazos, dudas y sobre todo viniste para quedarte.

No me gustas y no te quiero. 26 años después sigo pensando lo mismo que entonces:

unicornio cabreado diabetes sucks

Debut lo llamaron en el hospital. Una mierda como un piano lo llamé yo. Ahí todo el día pinchazo para arriba y para abajo. Ni dormir del tirón me dejabas. Pruebas y más pruebas. Suma y sigue.

Recuerdo mi 13 cumpleaños, ahí estabas tú. Pero también estaban mis amigas y mi familia. Apenas sabíamos nada, pero igualmente lo celebré. Recuerdo que me regalaron una camiseta de la serie sensación de vivir (cuánto me gustó) y un pollito (éste duró bastante menos que la camiseta, no se me daba bien cuidarlo) Y también recuerdo que esa noche también tuve que dormir en el hospital, otra noche más. 30 noches me tuviste allí, 29 de ellas mi madre en una silla durmiendo a mi lado (la 30 se quedó mi hermana mayor, ella estaba demasiado derrotada).

Tu intención fue amargarme la vida, aunque la disfrazabas con azúcar y dulzor. Has sido mala conmigo y yo he sido peor. Lo malo es que no me defendí de ti y me ataqué más a mí misma.

Por huir de ti me he hecho muchas cosas malas, hay muchos ejemplos de ellas aquí.

No te tenía miedo, nunca ha sido eso. Te odiaba.  Me habías elegido y no me diste elección. Sentía que me habías estafado y robado muchas cosas. Me hundiste mucho. No te aceptaba.

Pero nos hacíamos mayores y me cansé. No de ti (eso ya estaba ahí desde el principio). Me cansé de mi actitud y la cambié. Me enfrenté a ti y a los retos que me pones cada día.

Me lo pones difícil. No te cansas de intentarlo. Pero sabes qué, querida diabetes, yo tampoco me canso. Se acabó la huida. Correr siempre es muy cansado. He decidido parar.

Ahora te miro a los ojos cada día y sé que te voy a ganar porque no voy a dejar de luchar.

Ya te lo dije la semana pasada “mataste mis células beta, pero yo sigo viva y no me vas a matar el alma” Soy una guerrera azul.  No lo olvides.

Atentamente.

que te den diabetes

 

Nos leemos entre pinchazos. Besos dulces


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